El sermón no funciona, a hablar menos y escuchar más
/Cada vez que tengo a mi hijos cerca y me ponen atención, siento que tengo la oportunidad perfecta para platicar con ellos de los temas que más me preocupan. Son momentos que valen oro molido.
Sin embargo, ese oro molido se me escapa entre los dedos cuando me doy cuenta de que en lugar de ser una conversación, solo les estoy dando un sermón. No les pasa que mientras están hablando están pensando, —otra vez les estoy dando una plática eterna y de flojera.
Inevitablemente, los acabo saturando de información y en lugar de que fluya, la plática se vuelve un monólogo sin retroalimentación en donde solo me quedo con la esperanza de que de algo se acuerden.
Ser mamá no es tarea fácil y el mantener un canal abierto de comunicación con ellos es un trabajo de todos los días ya que si no lo haces, se puede cerrar en un segundo. Irónicamente, las mejores conversaciones que hemos tenido se han dado cuando no estoy tratando tanto de tenerlas.
Uno de los temas más recurrentes que trato de reforzar cada vez que puedo, es la importancia de no consumir bebidas alcohólicas como menores de edad, especialmente en esta época de fiestas y bailes como Halloween y Homecoming.
Cada año establecemos nuevas reglas del juego tratando de que nuestros hijos entiendan las consecuencias y tratamos de llegar a un acuerdo.
Responsibility.org ha sido para nosotros el recurso perfecto para lograr esos acuerdos ya que ahí encontramos información y muchos consejos sobre todo en el tema de evitar el consumo de alcohol en menores, que es tan importante para nosotros.
Hoy les comparto algunas de sus recomendaciones:
1.- Estrategias para decir ¨No¨
Les decimos a nuestros hijos que si les llegan a ofrecer alcohol o cualquier otra sustancia, digan que no, pero si además traen un pretexto preparado desde antes, les será más fácil contestar rápido. Por ejemplo: —No gracias, mañana tengo partido temprano. —No gracias, si mi mamá se entera me mata. Que le echen la culpa al deporte o a sus papás funciona y generalmente con una vez que digan que no, es suficiente.
2.- Sean la primer persona que sus hijos llamen si están en problemas.
Cada vez que tienen una fiesta recuérdenles a sus hijos que, si están en problemas, alguno de sus amigos con los que fueron ha tomado alcohol o si el ambiente de la fiesta está muy pesado, les pueden hablar por teléfono inmediatamente. En lugar de ellos tratar de resolver la situación, es mejor que se sientan con la confianza de hablarnos y eso solo sucederá si les prometemos no regañarlos, no hacer preguntas, simplemente ir por ellos y mantenerlos a salvo.
3.- Hablen menos y escuchen más:
Cuando nuestros hijos llegan a contarnos algo, tratemos de escucharlos primero sin mostrar mucha expresión. Esa reacción inmediata que les damos o la expresión de nuestras caras puede influir en que no quieran contarnos algo en el futuro. La meta es que se sientan cómodos, en lugar de juzgados al mantenernos lo más neutral posible, aunque cueste tanto trabajo.
4.- Que al final, todos salgamos ganando:
El famoso —“porque lo digo yo”, ya no funciona. A lo mejor pensamos que funciona en ese momento, pero es un control ilusorio. A largo plazo queremos que nuestros hijos entiendan el por qué no, tomen sus propias decisiones y se logren acuerdos justos. Ese tipo de conversaciones son mucho más disfrutables para todos.
5.- El sermón no funciona:
Esto es lo que a mí más me cuesta trabajo, siempre termino en sermón, sin embargo, sé que el ser adolescente en esta época es muy estresante y nuestros hijos a veces necesitan que les demos un descanso de tantos regaños y sermones. Si dejamos que nuestros hijos se expresen libremente en un ambiente en donde hay respeto y no se sientan juzgados, lograremos conversaciones que fluyan en ambas direcciones y no solo en una.
6.- Zonas de “no celulares”:
El celular es el peor enemigo para fomentar conversaciones espontáneas. Establecer como familia momentos y lugares en donde el celular no sea permitido, ayuda mucho. A nosotros nos ha funcionado el no permitirlo en la mesa cuando comemos juntos, ni en el coche y son los momentos en donde podemos tener conversaciones genuinas, sin distracciones. Aunque para nosotros como adultos también sea un reto respetarlo.
Espero estos consejos les sirvan tanto como a mí. No hay nada en la vida que disfrute más que cuando logramos tener conversaciones increíbles entre mis tres hijos y mi esposo. No siempre pasa, no siempre se puede, pero con estos tips trataremos de que sucedan más seguido y así apoyarlos a que tomen decisiones que los mantengan felices y a salvo.
Muchas gracias a Responsability.org por ser nuestro aliado en esta travesía.
Para más información consulten esta página: