Hayv Kahraman: Lo extranjero en nosotros
/Cuando me enteré de que el título de la nueva exposición del Moody Center of the Arts era “Lo extranjero en nosotros” supe inmediatamente que tenía que ir a visitarla. La palabra “extranjero” es poderosa y provoca múltiples emociones, ideas equivocadas, predisposiciones, puntos de vista, otredad, desplazamiento y estereotipos.
Las imágenes de su obra me impactaron instantáneamente al entrar a la galería: cuerpos de mujeres contorsionados acompañados de palabras como anticuerpos, bacteria y Torshi.
Definitivamente intrigada, comencé a sumergirme en la historia y obra de Hayv Kahraman. Lo que narro a continuación es lo que aprendí de ella, que sin duda transformó mi manera de entender la palabra “extranjero” y hoy lo comparto con ustedes de la mano de la artista.
Hayv estudió música y ballet en la ciudad de Bagdad cuando era chica. Después de muchas horas de entrenamiento riguroso, descubrió que podía dislocar y volver a acomodar los huesos de sus hombros y caderas. Al poco tiempo, esa habilidad tan original se volvió no solo entretenimiento para sus amigos y familia, si no todo un espectáculo.
A los diez años tuvo que dejar Irak y llegó a Estados Unidos como refugiada en la década de los 90`s. Años después empezó a dedicarse a la pintura con el cuerpo de la mujer como el principal elemento de su narrativa, sus recuerdos, y su dinámica como emigrante iraquí.
“Los cuerpos retorcidos violentamente se están sometiendo a algo. Se están convirtiendo en lo que su colonizador quiere que se conviertan. Se contorsionan de una manera extrema, sin romperse y sin sentir dolor. Sin embargo, saben que están siendo forzados a doblarse.”
Hayv Kahraman
Esta descripción tan cruda de su trabajo me ayudó a entender como al combinar la influencia de su habilidad contorsionista de niña y su experiencia migratoria, hoy trae a estos lienzos cuerpos anormales que se doblan y retuercen en extremas maneras. Sin duda me hace reflexionar cuantas veces me he tenido que doblar o retorcer en mi propia historia como extranjera.
También nos explicó que utiliza palabras como bacteria o anticuerpos para titular sus obras solo para reiterar a través de investigación científica como nuestros cuerpos necesitan de estos cuerpos foráneos para sobrevivir, expresando una analogía muy linda que promueve la compasión y la aceptación.
Como parte de la exhibición, al entrar a la galería verán un pared rosa que esta pintada con Torshi, conocido en el mundo culinario del medio oriente como verduras fermentadas, en este caso compuestas de betabel y especies de color rojo que logran dar ese tono rosado. Una tradición iraquí que sin duda conecta a la artista con su hogar perdido.
No es casualidad que me encuentro con esta exposición en un momento de profunda nostalgia por mi país y la gente que dejé allá, sin embargo, me da fuerza y esperanza para continuar mi vida como una bacteria en otro ser.
También concluyo que como migrantes, no hace falta doblarnos o retorcernos, solo necesitamos integrarnos como seres auténticos en este cuerpo extraño para no solo ayudarlo a crecer, si no a sobrevivir.