Tres días maravillosos en Nueva York
/El tener tres hijos no es tarea fácil. Mi semana se convierte en una complicadísima fórmula matemática en donde hay que cuadrar diferentes horarios, clases, eventos, proyectos, formas de ser y personalidades. Sin embargo, una parte muy importante de la fórmula – que me tarde varios años en descifrar, es la atención individualizada que me piden a gritos mis hijos.
Cada uno de ellos tiene diferentes formas de conseguir esos cinco minutos de tiempo a solas conmigo, sin embargo con las prisas de la rutina diaria no logro darles esa atención personalizada tan seguido como me gustaría.
Es por eso que mi esposo y yo hace varios años, decidimos hacer un viaje especial a Nueva York con cada uno de nuestros hijos por separado cuando cumplieran diez años. A mi hija mayor la llevamos hace cuatro años y fue un viaje inolvidable. Este año era el turno de mi hija menor, la cuál llevaba años esperando pacientemente la noticia y casi se desmaya de la emoción cuando le dijimos que la llevaríamos en Octubre.
Hoy les comparto nuestro itinerario, les platico del maravilloso hotel boutique Archer en donde nos hospedamos y por supuesto les cuento los deliciosos restaurantes que descubrimos en este viaje para que no se los pierdan la próxima vez que visiten Nueva York.
Día 1
El primer día visitamos la icónica Estatua de la Libertad. Lo que más me gusta de este recorrido en Ferry, además de ver la estatua de cerca, es la increíble vista de Manhattan al regreso. Les recomiendo mucho comprar los boletos con anticipación ya que este tour tiene mucha gente todo el año.
Después visitamos el Brooklyn Bridge, un puente que ha sido el personaje principal de infinidad de películas y por donde han pasado miles de corredores cada año en el maratón de la ciudad. Cruzamos el puente hacia Brooklyn con el gran incentivo de comer en uno de los restaurantes más antiguos y con más historia de Nueva York, Peter Luger. Definitivamente no nos decepcionó, ya que con una estrella Michelin en su currículum, puedo decir que fue uno de los mejores Steaks que hemos disfrutado.
Ya de regreso en Manhattan, fuimos al World Trade Center en donde se encuentra un edificio que yo no conocía y que me impresionó mucho The Oculus, de Santiago Calatrava. Su arquitectura es realmente impresionante y la puedes admirar por fuera desde el 911 Memorial, o por dentro, ya que es un impresionante centro comercial y estación de metro.
Día 2
El segundo día estuvo lleno de muchas emociones. Primero disfrutamos de una mañana increíble en uno de mis museos favoritos, el Museum of Modern Art mejor conocido como el MoMa. El recorrer cada uno de sus pisos llenos de obras majestuosas de la mano de mi hija fue una experiencia realmente fascinante. Terminamos nuestra visita al museo en el jardín de esculturas al aire libre.
Por supuesto que una ida a Nueva York no está completa sin disfrutar de una maravillosa obra de teatro de Broadway. Mi hija fue la encargada de escoger la obra que veríamos y decidió ver la nueva adaptación de Tina Fey de la película Mean Girls. Definitivamente un gran logro ahora con el inigualable sentido del humor de Tina Fey. Lo que más me gustó es el mensaje del final el cual les dice a todas las niñas adolecentes que tienen que estar contentas con ellas mismas y que cada quien es único, simplemente perfecto para esta edad. Sin embargo tomen en cuenta que esta no es una obra de teatro para niños menores de 12 años ya que tiene un poco de humor para adultos.
De ahí fuimos a conocer la majestuosa estación de tren, Grand Central Terminal y terminamos el día disfrutando de varias docenas de ostiones en el tradicional restaurante Grand Central Oyster Bar, un clásico imperdible si visitan la ciudad.
Día 3
El tercer día empezamos temprano desayunando en Maison Kayser, una panadería artesanal Francesa original de París perfecta para desayunar ya que pueden encontrar desde un delicioso café y toda clase de repostería francesa, hasta unas magnificas cazuelas o cocottes de salmón o huevo con jamón.
Ya con la energía suficiente para empezar nuestro día, subimos a la cima del Empire State Building. Nunca olvidaré la cara de emoción de mi hija al disfrutar la espléndida vista de Manhattan desde el piso 86. Además de ser el lugar ideal para tomarnos fotos muy divertidas.
Uno de los restaurantes que más me daba emoción conocer en Nueva York era Cosme. Este restaurante es el número 25 del mundo y Enrique Olvera es el Chef detrás de este sueño culinario, el mismo chef del Restaurant Pujol en la Ciudad de México. Es impresionante el talento que tiene para transformar platillos clásicos de la cocina Mexicana sin perder su esencia, en un viaje gastronómico extraordinario para sus comensales. Mi platillo favorito fue el Merengue de Maíz, un postre que me tomó por sorpresa debido a su poderosa combinación de sabores, y ahora entiendo por qué está dentro de los 20 mejores postres de la Ciudad de Nueva York.
Después de caminar por el Flat Iron District, una de las áreas que más me gustan en la ciudad, llegamos a Central Park. Gracias al clima tan delicioso que nos tocó, el parque estaba lleno de gente y pudimos disfrutar de una larga caminata hacía la fuente Bethesda. El recorrido estuvo lleno de experiencias muy divertidas, disfrutamos desde burbujas de colores, hasta un ecléctico concierto de música clásica.
Debido a que el parque es tan grande, decidimos continuar el recorrido en una de las carretas a caballo tan características de Central Park, en donde nuestro cochero nos dio un muy divertido tour igual al de Eloise en la famosa película.
Para terminar nuestro viaje con broche de oro, no podíamos irnos de Nueva York sin disfrutar de unos deliciosos huevos benedictinos en Sarabeth’s.
Una de las mejores partes del viaje fue habernos hospedado en Archer Hotel New York, un precioso hotel boutique que además de hacer de nuestra estancia muy especial gracias a la infinidad de amenidades que tienen, cuenta con una ubicación envidiable en Midtown sobre la Calle 38 entre la Sexta y la Quinta Avenida.
El hotel se encuentra a unas cuantas cuadras del Empire State Building, por lo que cuenta con una vista espectacular de tan icónico edificio que pueden disfrutar desde su cuarto o desde el Spyglass Rooftop Bar. Me encanta que en Archer Hotels todas sus blancos, toallas y batas de baño son de la prestigiosa marca Italiana Frette, además el empezar nuestras mañanas con un delicioso café es tarea fácil ya que todos sus cuartos cuentan con una cafetera Nespresso.
Definitivamente fue un viaje inolvidable que espero mi hija lo recuerde siempre con mucho cariño. Así que ya lo saben, si están buscando un hotel en dónde quedarse en Nueva York, reserven su cuarto en Archer Hotel New York a través de este link especial para lectores de Yo Mariana en donde recibirán una tarifa especial.
Muchas gracias a Archer Hotel New York por habernos recibido y por haber hecho de nuestro viaje una experiencia maravillosa.
Post patrocinado por Archer Hotels. Todas las fotos y opiniones son mias.
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