Se cierra el telón sin aplausos para la generación 2020; cómo ayudar a nuestros hijos usando la teoría del unicornio.
/En un abrir y cerrar de ojos, o más bien, en un abrir y cerrar de sesiones de Zoom, llegamos al mes de mayo. Definitivamente, un mayo raro, distinto.
Desde que soy mamá, mayo siempre había significado un mes complicado. Cuatro semanas a las que había que llegar preparada y con mucha energía para participar en los miles de eventos escolares de mis hijos.
Un mes con una logística más difícil que la física cuántica al tratar de coordinar ensayos para el recital de ballet, fiestas de fin de año, presentaciones de proyectos finales, entrega de premios escolares y de deportes, excursiones, desayunos, comidas y hasta celebraciones del día de las madres, porque también hay que celebrarnos y ¿por qué no?, durante este mes tan complicado.
Un ir y venir interminable de un lugar a otro.
Hoy me doy cuenta de que todos esos eventos no eran más que rituales con el único e importante propósito de ayudar a nuestros hijos a cerrar ciclos. Rituales llenos de aplausos, fotos, discursos, menciones, diplomas, birretes al aire y abrazos apretados por haber llegado a un final exitoso. Un éxito compartido entre todos simplemente por haber cruzado la meta sin importar en qué lugar o con qué calificación.
Se cierra el telón de este año escolar 2020 sin aplausos y sin rituales. ¿Podrán nuestros hijos cerrar ciclos? ¿Cómo los apoyamos?
La semana pasada tuve la oportunidad de platicar con Brian Coleman, consejero estudiantil de Jones College Prep en Chicago, quien fue nombrado “Consejero Estudiantil del Año” en 2019.
Gracias a Responsibility.org, un grupo de influencers y yo, platicamos con él acerca de este cierre de ciclo escolar tan difícil para miles de estudiantes y él compartió con nosotros consejos muy interesantes, además de su peculiar y muy ingeniosa teoría del unicornio.
Hoy les comparto la conversación que tuvimos con él, espero les sirva tanto como a mí:
La teoría del unicornio
Cuando Brian fue entrevistado para la posición de consejero estudiantil de la escuela Jones College Prep en Chicago, la primer pregunta que le hicieron fue, “¿por qué debemos contratarte?” a lo que el respondió, “porque soy un unicornio”.
Para Brian, un unicornio no es una creatura rara y mística, un unicornio se engrandece de sus habilidades únicas y extraordinarias. Él cree que todos tenemos esa característica de unicornios y que lo importante es encontrar lo que nos hace únicos y usarlo a nuestro favor para encontrar el éxito y tener la vida que queremos.
“Yo no soy nadie más que yo mismo” – Brian Coleman.
Desde ese día siempre se define a sí mismo como un unicornio y trata de ayudar a todos sus alumnos a encontrar a ese unicornio dentro de ellos mismos.
Basado en esta teoría nos dio recomendaciones muy valiosas para ayudar a nuestros hijos a sobrellevar esa pérdida de rituales y la importancia de su bienestar, en especial durante esta inigualable época de COVID.
Pérdida de rituales:
Aunque de alguna manera tratamos de normalizar el confinamiento, es muy importante reconocer ante nuestros hijos que esta situación no es normal. Así mismo, debemos de crear un espacio en donde se sientan libres de expresar emociones negativas.
Preguntémosle a nuestros hijos: ¿cómo estas experimentando tú esta situación? ¿Qué significa esto para ti? Muchas veces asumimos lo que están sintiendo, sin embargo estas preguntas abiertas crean un espacio de comunicación y les da la oportunidad de tener respuestas únicas, diferentes y vulnerables.
Es muy sano que los niños aprendan que está bien el sentir emociones difíciles.
Como padres, es importante estar presentes y disponibles emocionalmente para los sentimientos de pérdida y luto en nuestros hijos. Asegurémosles que hay maneras de encontrar certidumbre en momentos inciertos y que muchas veces lo único que podemos hacer es dar el siguiente paso correcto. La canción de la película Frozen 2, “The Next Right Thing”,es el ejemplo perfecto de cómo muchas veces lo niños procesan una pérdida, ya que habla de cómo puedes salir de un momento muy obscuro al simplemente dar el siguiente paso correcto inmediato, hasta poco a poco llegar a la luz.
No olvidemos el celebrar con ellos sus éxitos.
Bienestar:
Es importante darnos cuenta que si es difícil cuidarnos y sustentarnos a nosotros mismos, es aún más difícil cuidar y sustentar a nuestros hijos.
Como padres debemos tratar de ser los mejores ejemplos para ellos, al igual que ser líderes con una intención clara. Si nuestros hijos ven que nos cuidamos a nosotros mismos, ellos lo harán también.
No perdamos de vista que cuidar el bienestar tanto nuestro como de nuestros hijos involucra ponerle atención a nuestro bienestar físico, emocional o psicológico, espiritual y tratar de mantener una estructura diaria que los refuerce.
Es importante no perdernos como padres en tratar de estar siempre disponibles y dejar de estar disponibles para nosotros mismos y nuestras necesidades.
En cuanto al consumo de alcohol se refiere, ahora es una perfecta oportunidad para que nuestros hijos se den cuenta que podemos disfrutar de un delicioso coctel porque nos gusta hacerlo, y no porque lo necesitemos.
Durante estas semanas de confinamiento me he dado cuenta que cada integrante de mi familia se cuida y protege de manera distinta y encuentra refugio en diferentes cosas. Para mi esposo es muy importante el definir y marcar diferencia entre sus horas de descanso y las de trabajo, ya que ahora las dos suceden debajo del mismo techo. Para una de mis hijas es muy importante tener una alimentación súper saludable, para la otra es primordial encontrar estabilidad emocional en sus relaciones personales dentro y fuera de casa y para mi hijo lo más importante es expresar sus sentimientos platicando con mi esposo o conmigo durante todo el día. Yo encuentro refugio en el ejercicio y en la escritura.
Por lo que coincido completamente con Brian, todos somos unicornios. Cada uno de nuestros hijos es un unicornio. Somos seres únicos que aportamos a nuestras vidas y al mundo talentos únicos e inigualables. Cada uno de nosotros necesitamos estrategias de sobrevivencia emocional distintas, por lo que estos consejos nos ayudarán a identificarlas y a darnos cuenta de que no hay una receta que aplique para todos.
Este cierre de año escolar a lo mejor termina sin aplausos en eventos multitudinarios, pero sí con aplausos en cortito, llenos de orgullo, de uno a uno, viendo a nuestros hijos a los ojos durante conversaciones íntimas y del corazón. No necesitamos un micrófono para darles a nuestros hijos ese discurso de orgullo, admiración y reconocimiento a todo su esfuerzo. No perdamos la oportunidad de hacerlo.