La increíble aventura de tener hijos biculturales

Cuando les platiqué a mis hijos que la Ciudad de México tenía un castillo y que este verano íbamos a visitarlo, no podían creerlo. Esa ciudad que han visitado miles de veces, los sorprendería una vez más con una aventura increíble.

Después de más de 13 años viviendo en el extranjero, me siento muy afortunada de poder regresar a mi país cada año, además de a visitar a mi familia, a redescubrir mi ciudad ahora como turista. Cada vez que aterrizo en México y pongo pie fuera del avión con mis tres hijos, cosas tan simples como escuchar la voz de un maletero diciendo “¿le ayudo señora?” me hacen sentir inmediatamente en casa. Siento todo tan familiar, tan cercano a mí, a quien soy, que pareciera que nunca me fui.

Bueno, pues esa familiaridad que siento cada vez que llego a México, es la que me ha forzado a hacer todo lo posible para que mis hijos no sólo sean bilingües, sino también realmente biculturales. Ser bicultural para mí significa que cada vez que mis hijos lleguen a México, se sientan también en casa. Que no sólo conozcan y aprecien la cultura, la comida y las costumbres Mexicanas, sino que las sientan como parte de ellos, parte de su ser. Que entiendan que aunque nacieron en Estados Unidos, también son Mexicanos y se enorgullezcan de serlo.

El idioma es muy importante para conseguir que sean verdaderamente biculturales; el que se comuniquen en español es esencial para lograr esa inclusión y familiaridad. Con mucho esfuerzo, pero puedo decir que mis tres hijos hablan español perfectamente. Aquí les comparto algunos tips que me ayudaron a lograrlo:

Desde bebés, háblenle a sus hijos en español, que ese sea el primer idioma que aprendan.

Cuando sus hijos vayan a entrar a preescolar, no se preocupen de que no sepan hablar inglés. Les prometo que sus hijos aprenderán un nuevo idioma mucho más rápido de lo que imaginan sin la necesidad de que ustedes se lo enseñen.

El último tip, y para mí el más importante, es el no permitir que sus hijos les contesten en inglés. Miles de veces veo a mamás que les hablan a sus hijos en español y los niños contestan en inglés y a largo plazo lo que pasa es que los niños entienden español, pero no lo hablan. Traten de que esto no suceda, si son constantes y firmes lo van a lograr y ¡les prometo que vale muchísimo la pena el regalarle a sus hijos otro idioma al 100%!

Ahora, como mamá de hijos biculturales es muy importante para mí el no olvidarme de la otra cara de la moneda, es decir, el recordar siempre que así como inculcarles mis raíces es importante, el acoger la cultura Americana también lo es. Tradiciones Americanas como el cenar pavo para celebrar el Día de Acción de Gracias y el cantar “God Bless America” en un partido de Beisbol, se han convertido también en parte de nosotros como familia.

Alguien que quiero y admiro mucho me dijo un día que el que mis hijos tengan dos nacionalidades no significa que tienen que escoger o ser de sólo una, al contrario, todas aquellas nacionalidades que tengan sólo suman atributos a quienes son como personas; y en mi opinión, tiene toda la razón.

Por lo que en conclusión Yo Mariana pienso que todos aquellos que tenemos hijos con varias nacionalidades, tenemos que tratar de que se sientan no sólo orgullosos, sino también parte de todas y cada una de ellas. Que no sientan que tienen que escoger entre una u otra. ¡Todas juntas los hacen ser las personas que son! Y de esa manera los veremos transformarse en adultos mucho más tolerantes e incluyentes a las diferencias que afronten en sus vidas.

Les comparto algunas fotos de nuestra visita al Castillo de Chapultepec en la Ciudad de México. Hace muchísimo años que no lo recorría y me volvió a sorprender lo bonito que es. Toda su historia, las impresionantes vistas de la ciudad desde sus balcones y sus preciosos jardines, hicieron que valiera mucho la pena que mis hijos lo conocieran.

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