Reinventando mis rituales para el 2021
Creo que podría afirmar sin temor a equivocarme que este año ha sido uno de los años más raros de nuestras vidas. Hemos sido forzados a repensar y recrear cada uno de nuestros rituales, actividades diarias, las formas en las que nos reunimos y disfrutamos el tiempo con amigos y familia, y la manera en la que trabajamos; básicamente, hemos tenido que darle un giro de 360 grados a nuestro estilo de vida.
He escuchado muchas teorías en cuanto a cómo sobrellevar esta época de pandemia. Cosas desde: es una oportunidad para despertar, hay que echarle ganas, hay que ser agradecidos, observar y reflexionar, no mirar atrás, tener calma, seguir avanzando, ser positivos y sinceros, tener energía y entusiasmo, aceptar la tristeza, sacudir todos tus sentimientos.
La verdad es que he aplicado todas y cada una de estas teorías y me han ayudado en diferentes momentos, porque definitivamente con esta pandemia tan larga, he tenido tiempo de sobra para experimentarlas todas.
Sin embargo, en medio de toda esta tormenta veo a lo lejos las miradas de mis tres hijos que me observan detenidamente todo el día. Tres termómetros emocionales que miden mi estado de ánimo hora por hora, minuto a minuto para tratar de darle un sentido a su mundo y a esta nueva forma de vida.
Escuchan mis conversaciones, observan mis gestos y tratan de deducir el significado de mis reacciones. Buscan impacientemente a un líder que les muestre el rumbo en un sendero lleno de neblina, sin darse cuenta de que ese líder también se encuentra perdido y esconde sus miedos detrás de una sonrisa. Un líder que está tratando de encontrar el balance entre una actitud positiva sin esconder la verdad. Conversaciones que han sido agotadoras y para serles honesta, me han dejado exhausta.
La semana pasada tuve la oportunidad de tener una conversación con Phyllis Fagell, una escritora y consejera de secundaria que nos orientó acerca de cómo están manejando los niños esta pandemia a nueve meses de su comienzo y nos dio magnificas recomendaciones que hoy las comparto con ustedes.
La llamada por Zoom fue posible gracias a Responsibility.org una fundación con el compromiso de cultivar conversaciones responsables entre padres e hijos, con quien he tenido el honor de colaborar este 2020 como embajadora de #teamresponsibility. En verdad pienso que esta colaboración me llegó este año como una gran bendición ya que gracias a ella he podido tener increíbles conversaciones con extraordinarios expertos como Phyllis.
Phyllis nos platicó de cómo la resiliencia en los niños significa el saber quiénes son, así como la importancia de escoger buenos amigos y distinguir entre lo correcto y lo incorrecto. Sin embargo, el tener estas conversaciones no siempre es fácil y para lograrlo nos recomienda el crear un sistema de tarjetas de valores que nos ayuden a guiar la conversación con nuestros hijos y ayudarles a apoyarse en esos valores cuando estén tomando decisiones, como, por ejemplo, honestidad, responsabilidad, sentido del humor, bondad, etc.
Definitivamente voy a empezar a usar este sistema de tarjetas de valores como ayuda para mí y mi esposo cuando tengamos conversaciones con nuestros hijos.
Regresando a cómo han cambiado tanto los rituales y nuestras actividades diarias este 2020, y en vísperas de comenzar un nuevo año, decidí cambiar un poco de ánimo y aligerar el momento al darle a mis hijos el regalo de recordar y honorar este año 2020 con una lista de las situaciones que jamás nos imaginamos tendríamos que vivir, y la verdad me dan mucha risa.
Aquí se las dejo:
• Nuestra cocina se transformó en un salón de clases
• Para ir al súper, usamos más equipo de protección personal que McDreamy de Grey’s Anatomy durante una cirugía de cerebro
• Resecamos nuestras manos por uso obsesivo de gel antibacterial
• Aprendimos a sonreír con los ojos y a subir el tono de voz habitual al usar cubre bocas
• Vimos cómo los trastes sucios se reproducían como Gremlins en mi cocina
• Tuve un amor y odio enfermizo a mis clases de fitness digitales
• Viví las 24 horas del día, siete días a la semana con una presencia humana llamada esposo que husmeaba por la casa con sugerencias y preguntas raras acerca de cosas que antes no le importaban
• Me sentí muy orgullosa de mi hijo de 10 años por haberse convertido en el mejor panadero y el mejor analista financiero de Fornite, todo al mismo tiempo.
• Finalmente tuve el tiempo de aprender bailes de TikTok y les di pena ajena a mis hijas adolescentes
• Tuvimos un genuino y verdadero terror a quedarnos sin papel de baño
• Puse a prueba mi sistema auditivo en reuniones con amigos separados a seis pies de distancia
• Tuvimos clases, juntas, fiestas y reuniones por Zoom en donde descubrimos que lo más importante del mundo mundial es el botón de mute.
Muchas gracias a la cuentista gráfica Nikki Kurt por haber creado esta ilustración que refleja todos estos momentos chistosos, además de todos los pensamientos acerca de esta pandemia que compartieron mis compañeros blogueros durante la reunión virtual con Responsibility.org
Les deseo a todos una temporada navideña llena de paz, carcajadas y conversaciones increíbles con sus seres queridos.
¡Feliz Navidad!
I'm a #teamresponsibility blogging ambassador and I was compensated for my post but all opinions and photographs are my own.
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