Yo Mariana

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Descubriendo nuevas aventuras en Puerto Vallarta

Puerto Vallarta es uno de los destinos turísticos más visitados en México y sin duda, uno de mis favoritos. Si este año tienen dentro de sus planes el visitar una playa Mexicana, consideren Puerto Vallarta, ya que estoy segura de que les encantará. Hoy les comparto dos experiencias de mi último viaje a este maravillosa destino en donde hicimos Surf y visitamos Sayulita.

Surf

Las personalidades de mis tres hijos son completamente diferentes, por lo que el aventurarse a nuevas experiencias emerge reacciones totalmente distintas en mi familia. Cuando les planteamos la opción de llevarlos a surfear por primera vez, dos de ellos rápidamente se emocionaron por el plan, sin embargo uno de ellos necesitó mucho más convencimiento, pero al final aceptó.

El día de las clases, nos despertamos a las seis de la mañana y después de casi una hora de camino desde Puerto Vallarta, llegamos a WildMex Surf & Adventure en Punta Mita, en donde conocimos a nuestros muy amigables instructores.

Después de una breve explicación, nos guiaron hacia la playa en donde la aventura comenzó al caminar ocho minutos a través de la selva. Los niños se empezaron a emocionar mucho cuando escucharon el rugir de las olas a lo lejos y descubrimos por primera vez la maravillosa playa de “La Lancha”.

La clase comenzó con las tablas en la arena en donde aprendieron y practicaron toda la teoría del surfing.

Cuando el profesor los vio listos, se adentraron al mar y empezó la diversión de verdad. Después de muchos intentos, todos lograron pararse en la tabla y pudieron deslizarse sobre las olas. La mejor parte fue el capturar con mi cámara esas enormes sonrisas de satisfacción de haberlo logrado.

Al terminar la aventura me comentó mi hijo: “Mamá, no puedo creer que no quería venir, de lo que me hubiera perdido, esto está divertidísimo”.

Esa contestación me hizo reflexionar acerca de la importancia de encontrar el balance entre el “forzar” a nuestros hijos a vivir experiencias nuevas y respetar al mismo tiempo sus decisiones. Platicando con ellos la conclusión a la que llegamos fue que antes de volver a decir que no queremos hacer algo, o probar algo, hay que darle a esa experiencia una o dos oportunidades para después poder opinar con fundamentos.

Toda esta conversación sucedió sentados afuera de una heladería en Sayulita, un pueblo mágico que decidimos visitar después de surfear, ya que se encuentra a 15 minutos de ahí.

Sayulita

Hablando de Sayulita, tengo que aceptar que aunque me pareció un pueblo muy pintoresco, lo encontré demasiado turístico y saturado de comercios. En la mayoría de estos maravillosos pueblos Mexicanos que he tenido la oportunidad de visitar, encuentro artesanías y souvenirs que me fascina comprar, no sólo porque me llevo a casa verdaderas obras de arte, sino también por la satisfacción de saber que estoy ayudando a una comunidad.

Sin embargo en Sayulita, debido a esta saturación de comercios, no vi tanto negocios locales como me hubiera gustado y los precios estaban definitivamente orientados al mercado Americano.

Me habían también recomendado mucho el visitar la playa, sin embargo no me pareció la opción ideal para pasar el día ya que estaba completamente llena, por lo que decidimos sólo tomar un helado y caminar y conocer sus calles. Puede ser que visité Sayulita en el fin de semana más concurrido del año, creo que debo regresar en una época menos turística para poder vivir el pueblo de una manera más orgánica y local.

Como la conclusión de este post fue darle una segunda oportunidad a las cosas, en verano visitaré Sayulita de nuevo. Los mantendré al tanto a ver si cambia mi opinión.

Por lo pronto les dejo los coloridos rincones que encontré con mi cámara.

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